sábado, 24 de octubre de 2009

El tren


El tren.

Por azares de la vida un servidor a tenido que utilizar el tren muchísimo estos últimos meses. En estos meses he visto suficiente como para acabar odiando nuestro puntualísimo transporte público. Con subir una sola vez a un vagón de tren en hora punta se verá la composición racial del país. Nada más hay que echar un vistazo para ver que en un vagón generalmente está compuesto por más de un 50% de extranjeros, y con esto me refiero a personas de fuera de Europa. Una mezcolanza de colores que ni los de Benetton. Negros, con sus cedés, sudacas con su regeton, o como se escriba, y moros sobretodo moros, con sus chilabas y si habéis ido en tren, a veces van descalzos. Para mí se lleva la palma, l@s pobrecit@s ruman@s gitan@s (que moderno me ha salido esto) que piden, porque se mueren de hambre sus familias o simplemente por pedir. Todos quieren algo o molestan con algo. España debe pagar, a toda esta panda de garrapatas que nos sangran. No quiero desviarme mucho a lo que iba, que el tren es una metáfora de un país y su población.

Los españoles que como yo cogemos le tren asiduamente debemos de soportar a todos estos, soportar el tufillo, y eso que sabemos de sobra que hay españoles que huelen mal, pero lo de los “pobrecitos extranjeros” es inexplicable lo mal que huelen. El tren se convierte en una verdadera cámara de gas. Y espero que por mis comentarios no vaya a prisión pero esto es lo que yo he visto en los trenes. Esos trenes lentos y atrasados con un déficit de puntualidad enorme, a imagen y semejanza de nuestra nación o lo que queda de ella. Los españoles a excepción de los adolescentes que ponen su música y de vez en cuando alborotan son pocos comparado con lo que es soportar el regeton, o el canto árabe. Si en cierto país antaño orgulloso lo hacían bien, un tren compuesto por ejemplo de 5 vagones se reservaba el último para los negros. Ese país lo hundieron, con el mando blanco era un país soberano y orgulloso, hoy día no es más que un desecho entre las decenas de países africanos. España va por su camino, el estado de las autonomías se a descontrolado, aquí tenemos Renfe y ferrocarriles de la generalidad, autopistas del estado y autopistas de Montilla. Un estado controlado por la izquierda pseudoprogresista que lo da todo por la chusma que nos ha venido.

En definitiva el tren en el que vamos no llegará a ninguna estación, con unos conductores mediocres que lo estan llevando sin conocimiento alguno de nada hacía un descarrilamiento asegurado, solo los Dioses sabran que ocurrirá, pero lo que es cierto que cuando descarrile sufrirá mucha gente.

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